sábado, 4 de agosto de 2007

Belleza

La belleza es una cualidad presente en una cosa o en una persona que produce un placer intenso a la mente, y proviene de manifestaciones sensoriales. Podría definirse como el esplendor de la forma a través de la materia.
También existe la belleza interna de las personas, que se refiere a su conjunto de valores y personalidad. Es un diseño significativo, o algo más, como la personalidad. Expresado de otra manera, la belleza es una cualidad de una persona, el objeto, el lugar, o la idea que proporciona una experiencia perceptual de placer y significado. La experiencia subjetiva de belleza a menudo implica la interpretación de alguna entidad como si estuviese en equilibrio y armonía con la naturaleza. Esto conduce a los poderosos sentimientos de atracción y bienestar emocional.
En su sentido más profundo, belleza puede engendrar una experiencia saliente de reflexión positiva sobre el significado de propia existencia de alguien. "Un objeto de belleza" es algo que revela el significado personal. Enseñanzas religiosas y morales a menudo enfocan la divinidad y la virtud de belleza, y afirman la belleza natural como un aspecto de espiritualidad y verdad.
En la antigüedad clásica ya se encuentran datos más concluyentes acerca de la belleza, como estudios y reflexiones. Por aquel entonces la belleza constituía una cualidad que hacía que algo nos pareciese bello.
A esta cualidad se le llamó armonía. También aparecieron los primeros cánones de belleza que indicaban cuáles tenían que ser las proporciones idóneas para que un cuerpo se viese bello. En general, la belleza se percibía desde un punto de vista objetivo.
Esta percepción de la belleza se siguió manteniendo en la Edad Media. Como consecuencia del auge del cristianismo de esa época, la belleza dependía de la intervención de Dios. De modo que, si se consideraba bello algo, es porque había sido una creación divina.
La belleza material era externa, física o sensible. Esta cualidad se marchita con el tiempo. La belleza espiritual no se marchita con el tiempo, sino que permanecía en nuestro interior. Son cualidades como la bondad, el amor, la simpatía, etc.
Con el paso del tiempo llegó otra nueva etapa en la historia en el trayecto de la belleza. Estamos hablando del Renacimiento. Muchos autores están de acuerdo en que el concepto de belleza volvió a ser el de la antigüedad clásica, porque se empezaron a tomar valores de aquella época que se habían perdido en la Edad Media. Uno de estos valores fue la concepción más naturalista de la belleza, que sirvió de inspiración a los artistas de la época.
Muchos autores consideran que la belleza es lo que resulta agradable a los sentidos y que por consiguiente causa placer, pero no todo lo que nos causa placer tiene por qué ser bello.
El contrario de la belleza es la fealdad, que estimula el descontento y engendra una percepción profundamente negativa del objeto.

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